No me han devorado
los cocodrilos.
Mi columna vertebral
no está partida
por las boas.
He conseguido
salir sana y salva
de la selva.
Los viejos exploradores
me felicitan
(sólo)
porque así lo quiere
la cortesía.
Ya de pequeña odiaba
las aventuras.
Lo bien que hacía.
g.r.