No saques la espada
ni la brújula.
Porque no seré yo a quien hieras
(aunque muera)
ni te guiará el sur a tu destino.
No podrás huir de tí
desprevenido
Ni de mí,
soñada e implacable.
Vas a llorar cuando yo me dé vuelta
porque verás tus lágrimas
secas
en mi espalda.
Texto y foto: Georgina Roo.
Nota: Dejé la palabra Sur sólo para respetar el original (este poema tiene mucho tiempo). Es probable que de haberlo escrito ahora hubiera puesto Norte. Pero enfin, también es probable que ahora no hubiera puesto nada. O hubiera escrito otra cosa. O. Enfin...Eso. Salud para mi Sur, y mi Norte: salud. Salud.