dissabte, de juny 02, 2007

El sagrado signo de tu nombre


G será el cinco de tierra de fuego:
de viento de agua de aire.
La séptima letra de tu alfabeto,
la quinta e inicio del signo de tu nombre.
El número áureo de dos que pasados los años fueron tantos
Dos que te aullaron y engendraron.

En el principio de tu madre la luz
en la suma del nombre de tu padre, la guerra:
dragón vencido para siempre.
Eres: la lanza que lo aniquila y vuelve a darte vida
tú la tierra y nuevo el cielo otra vez elegido.

Sólo subir, flotar, no hay más lo es todo.
La luz que permanece viva aún sus heridas: carne viva.
La guerra que descansa en paz bajo la tierra.
No hay más ya verdades silencios ni mentiras,
sólo el sagrado número que es tres, es cuatro, es cinco.

Ellos están
Estarán en mí ya para siempre.







Texto y foto: Georgina Rôo.